Reunido en su sede de la Casa del Tesoro y obtenidos los necesarios
permisos del Rey Nuestro Señor y de la Autoridad Eclesiástica, el pleno de la
Real Academia Española aprueba por mayoría designar entre los señores
académicos a dos hombres buenos que, provistos de los correspondientes viáticos
para transporte y subsistencia, viajen a París para adquirir la obra completa
conocida como ‘Encyclopédie, ou dictionnaire raisonné des sciences, des arts et
des métiers’, y la traigan a la Academia para que, en su biblioteca, quede en
disposición de libre consulta y lectura para los miembros de número de esta
institución'.
Sexagenarios ambos, los encargados de traer las luces de la razón a nuestro país no pueden ser más distintos. Así mientras que el elegante don Pedro es un hombre adusto y escéptico, don Hermes es religioso, bonachón y desaliñado. Sin embargo, la buena educación y el respeto que se profesan mutuamente harán que desde el primer momento los dos caballeros convivan en harmonía.
Ignorantes de que sobre ellos planea la sombra de un peligroso complot que pretende evitar a toda costa que la Encyclopédie llegue a España, don Pedro y don Hermes parten hacia Francia. Su esforzada empresa les llevará a enfrentarse a saboteadores, bandoleros, funcionarios corruptos, matasanos y amantes despechados. Pero también les deparará la oportunidad de participar en la vida social y cultural del fascinante París prerrevolucionario y, sobre todo, de conocer tanto a famosos ilustrados como a personajes interesantes, pintorescos y hasta seductores.
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