26/2/24

LORD BYRON, EL BARDO MALDITO

 


Lord Byron según grabado de Henry Meyer (1816); NPG D1158.

Figura clave del romanticismo británico, el celebérrimo George Gordon Byron (Londres, 1788-Missolonghi, 1824), más conocido como Lord Byron, fue un hombre de gran atractivo físico y una personalidad tan magnética como contradictoria. Prueba de ello es que su sadismo y amoralidad no fueron óbice para que sintiera una especial inclinación por los oprimidos. Ni tampoco, y esto es lo que nos interesa aquí, para que escribiera poemas tan melancólicos y bellos como La partida:

¡Todo acabó!. La vela temblorosa
se despliega a la brisa del mar,
y yo dejo esta playa cariñosa
en donde queda la mujer hermosa,
¡ay!, la sola mujer que puedo amar.
Si pudiera ser hoy lo que antes era,
y mi frente abatida reclinar
en ese seno que por mi latiera,
quizá no abandonara esta ribera
y a la sola mujer que puedo amar.

Yo no he visto hace tiempo aquellos ojos
que fueron mi contento y mi pesar;
la amo, a pesar de sus enojos,
pero abandono Albión, tierra de abrojos,
y a la sola mujer que puedo amar.
Y rompiendo las olas de los mares,
a tierra extraña, patria iré a buscar;
mas no hallaré consuelo a mis pesares,
y pensaré desde extranjeros lares
en la sola mujer que puedo amar.

Como una viuda tórtola doliente
mi corazón abandonado está,
porque en medio de la turba indiferente
jamás encuentro la mirada ardiente
de la sola mujer que puedo amar.
Jamás el infeliz halla consuelo
ausente del amor y la amistad,
y yo, proscrito en extranjero suelo,
remedio no hallaré para mi duelo
lejos de la mujer que puedo amar.

 Mujeres más hermosas he encontrado,
mas no han hecho mi seno palpitar,
que el corazón ya estaba consagrado
a la fe de otro objeto idolatrado,
a la sola mujer que puedo amar.
Adiós, en fin. Oculto en mi retiro,
en el ausente nadie ha de pensar;
ni un solo recuerdo, ni un suspiro
me dará la mujer por quien deliro,
¡ay!, la sola mujer que puedo amar.

 Comparando el pasado y el presente,
el corazón se rompe de pesar,
pero yo sufro con serena frente
y mi pecho palpita eternamente
por la sola mujer que puedo amar.
Su nombre es un secreto de mi vida
que el mundo para siempre ignorará,
y la causa fatal de mi partida
la sabrá solo la mujer querida,
¡ay!, la sola mujer que puedo amar.

 ¡Adiós! ... Quisiera verla ... mas me acuerdo
que todo para siempre va a acabar;
la patria y el amor, todo lo pierdo ...
pero llevo el dulcísimo recuerdo
de la sola mujer que puedo amar.
¡Todo acabó!. La vela temblorosa
se despliega a la brisa del mar,
y yo dejo esta playa cariñosa
en donde queda la mujer hermosa,
¡ay!, la sola mujer que puedo amar.



El recibimiento a Lord Byron en Missolonghi (Theodoros Vryzakis, 1861). El paradójico idealismo del poeta, que cuando quería podía ser muy cruel, le llevó a luchar por la independencia de Grecia. Allí hallaría la muerte con tan solo treinta y seis años. Fuente: National Gallery-Alexandros Soutsos Museum.

La traducción de La partida citada en este texto ha sido tomada de:

Arciniegas, I.E. (2024). Textos claves. Lord Byron. 'La partida'. Altazor, revista electrónica de literatura, época 1, año 4.

BIBLIOGRAFÍA

ÁLVAREZ ARIAS, B. (2024). Lord Byron, el bardo maldito. NoSoloTécnica.




3/12/23

`MIENTRAS LAS ROSAS SEAN TAN ROJAS’: LAS FLORES DE CHRISTINA ROSSETTI

Considerada una de las más destacadas poetisas de la Inglaterra victoriana, la torturada Christina Rossetti fue autora de melancólicos versos que con frecuencia aluden al mundo de la vegetación. 

While roses are so red,
While lilies are so white,
Shall a woman exalt her face
Because it gives delight?’.
She’s not so sweet as a rose,
A lily’s straighter than she,
And if she were as red or white
She’d be but one of three.
 
Beauty is vain (fragment).
 
Mientras las rosas sean tan rojas
mientras los lirios sean tan blancos,
¿realzará una mujer sus facciones
solo por proporcionar placer?.
Ella nunca será tan dulce como una rosa,
y un lirio siempre será más altivo que ella,
si llegase a ser tan roja o tan blanca,
sería apenas una entre otras tres.
 
La belleza es vana (fragmento).
 
The peach tree on the southern wall
Has basket so long beneath the sun,
Her score of peaches great and small
Bloom rosy, every one.
 
A peach for brothers, one for each,
A peach for you and a peach for me;
But the biggest, rosiest, downiest peach
For Grandmamma with her tea.
 
The peach tree.
 
El melocotonero al sur del muro
ha disfrutado largo tiempo bajo el sol
de su cargamento de frutos, grandes y pequeños,
todos con su flor rosada.
 
Un melocotón para cada hermano,
un melocotón para ti y otro para mi,
pero el más lleno, rosado y suave,
será para la abuela, mientras se toma su té.
 
El melocotonero.

 


Cristina Rossetti (Dante Rossetti, c. 1866).

 

Morning and evening
Maids heard the goblins cry:
‘Come buy our orchard fruits,
Come buy, come buy:
Apples and quinces,
Lemons and oranges,
Plump unpecked cherries,
Melons and raspberries,
Bloom-down-cheeked peaches,
Swart-headed mulberries,
Wild free-born cranberries,
Crab-apples, dewberries,
Pine-apples, blackberries,
Apricots, strawberries;-
All ripe together
In summer weather,-
Morns that pass by,
Fair eves that fly;
Come buy, come buy:
Our grapes fresh from the vine,
Pomegranates full and fine,
Dates and sharp bullaces,
Rare pears and greengages,
Damsons and bilberries,
Taste them and try:
Currants and gooseberries,
Bright-fire-like barberries,
Figs to fill your mouth,
Citrons from the South,
Sweet to tongue and sound to eye;
Come buy, come buy’.
 
Goblin Market (fragment).
 
Mañana y tarde
las criadas oyeron a los duendes gritar:
‘Venid a comprar nuestras frutas del huerto,
venid a comprar, venid a comprar:
manzanas y membrillos,
limones y naranjas,
cerezas bien llenas y sin picotear,
melones y frambuesas,
melocolones sonrosados,
moras picudas,
arándanos silvestres,
manzanas del bosque, zarzamoras,
piñas y moras,
albaricoques y fresas;
todas alcanzan su madurez
al mismo tiempo: en verano,
mañanas que pasan,
atardeceres que vuelan,
venid a comprar, venid a comprar:
nuestras uvas frescas de la vid,
granadas frescas y llenas,
dátiles y ciruelas negras,
peras raras y claudias,
damascenas y mirtilos,
pruébalos y elige:
pasas de Corinto y grosellas,
bayas de espino brillantes como el fuego,
higos que te llenarán la boca,
cítricos del sur,
dulces para la lengua, musicales para el ojo,
venid a comprar, venid a comprar.
 
El mercado de los duentes (fragmento).

 


Ilustración de Goblin Market and Other Poems 
(Christina Rossetti, 1862). Fuente: The Fitzwilliam Museum.

 

BIBLIOGRAFÍA

FERNÁNDEZ, X. & G. TORNÉ (trads.) (2021). Antología de poetas inglesas del siglo XIX. Poesía 12. Alba. Barcelona.

2/12/23

LAS HERMANAS BRONTË, TRES ILUSTRES 'PTERIDÓMANAS'

La pteridomanía o fiebre de los helechos fue una curiosa enfermedad victoriana de la que no se libraron ni las mismísimas hermanas Brontë, que adoraban estas plantas. Especialmente Emily, quien los menciona en el poema Remembrance (Remenbranza) (1846):

`Now, when alone, do my thoughts no longer hover
Over the mountains, on that northern shore,
Resting their wings where heath and fern-leaves cover
Thy noble heart for ever, ever more?’.

‘Ahora, cuando esté sola, ¿dejarán mis pensamientos
de sobrevolar las montañas hacia esa costa del norte,
¿reposarán sus alas donde el brezo y el helecho
cubren tu noble corazón para siempre, por siempre
jamás?´.



Las hermanas Brönte (Patrick Branwell Brontë, c. 1834);
NPG 1725. De izquierda a derecha, Anne, Emily y Charlotte.

En cuanto a Charlotte, todavía se conserva el álbum que preparó con los helechos irlandeses que recogió durante su luna de miel.


 
Charlotte Brönte (George Richmond, 1850); NPG 1452.

BIBLIOGRAFÍA

BRÖNTE, E. (2018). Poesía completa. Poesía 1. Alba. Barcelona.

EL ‘KACHŌ-E’: LOS ANIMALES Y LAS PLANTAS EN LA ESTAMPA XILOGRÁFICA JAPONESA

El termino ukiyo-e (imágenes del mundo flotante, ilusorio o efímero) designa a las xilografías (impresiones hechas con planchas de madera grabadas) que, datadas en Japón entre los siglos XVII y XX, muestran escenas de diversa temática. Entre ellas, la naturalística.

La naturaleza ha inspirado durante siglos a los artistas japoneses, en general, y a los especialistas en el ukiyo-e, en particular. Estos cultivaron, desde principios del s. XVII, el género conocido como kachō-e.

Aunque kachō-e significa literalmente ‘pinturas de flores y pájaros’, en este tipo de obras se observan también árboles y hierbas, hojas, insectos, algas marinas, peces, . . . En cualquier caso, lo que se pretende con ellas es hacernos reflexionar sobre la fugacidad de la vida a través de la representación de los cambios en la naturaleza.




BIBLIOGRAFÍA

ÁLVAREZ, B.T. (2023). El `kachō-e': los animales y las plantas en la estampa xilográfica japonesa. UCC UAM (Unidad de Cultura Científica de la Universidad Autónoma de Madrid).

1/10/23

ÉRASE UNA VEZ, EN UN BUCÓLICO PUEBLECITO. ‘TAMARA DREWE’, DE POSY SIMMONDS

Una mujer guapa atrae miradas a cual más rara. A cualquier otra criatura hermosa y fecunda –una oveja espectacular, por ejemplo- se la mira con admiración. Pero aquí no percibo nada de eso. Capto . . . lujuria, sin duda, pero también sorpresa, irritación, rechazo.



Situada en la verde campiña inglesa, Stonefield es una minúscula población en la que nunca pasa nada. Algo que exaspera a los aburridos lugareños pero que, sin embargo, les viene de perlas a los inquilinos de Lejos del mundanal ruido. Un retiro para escritores que proporciona a estos la tranquilidad que necesitan para trabajar. O mejor dicho, les proporcionaba . . . hasta que a Tamara Drewe le dio por reaparecer en el pueblo.


Miss Drewe, londinense pijilla con casa en Stonefield, es una joven periodista conocida por haber escrito en su columna sobre su experiencia con la rinoplastia. Operación que la ha transformado en un pibonazo famoso y adinerado.


Belleza, éxito y dinero convertirán a Tamara en objeto de deseo y envidias. Pero también en la involuntaria desencadenante de una serie de acontecimientos, cómicos unos, trágicos otros, sorprendentes todos, que pondrán patas arriba la vida de las gentes e incluso (no exagero) de las vacas de Stonefield.


Libremente inspirada en Lejos del mundanal ruido (Thomas Hardy, 1874), Tamara Drewe (2007) es obra de Posy Simmonds. Galardonada escritora e ilustradora británica que, con gran inteligencia y muy mala leche, nos narra las peripecias de un puñado de personajes tan patéticos como hilarantes. El primero de ellos es la superficial Tamara, rompecorazones con ínfulas literarias, pero no hay que olvidar a Ben, su obsesivo novio. Un roquero en horas bajas, aún colgado de su ex, que sufre el acoso de Jody y Casey. Dos adolescentes descerebradas vecinas de la protagonista que, con sus actos, acaban liándola (muy) parda.



Posy Simmonds en la librería Hatchards (Londres, 2018). Autor: Edwardx. Fuente: Wikimedia Commons


Hablemos ahora de los habitantes de Lejos empezando por los Hardiman, sus propietarios. Él, Nick, es un autor de best-sellers de misterio egocéntrico y adúltero compulsivo. Ella, Beth, se sabe con más cuernos que el padre de Bambi pero se consuela pensando que a quien realmente quiere su marido es a ella. De ahí que haga todo lo posible para que esté a gusto, incluso ser su desinteresada (y muy eficiente) secretaria y agente literaria. Trabajos que le quitan mucho tiempo pero que, sin embargo, no le han impedido lograr que su hogar sea un auténtico paraíso para gente como Glenn. Un reputado especialista en Hardy 😉, eterno aspirante a novelista, que así como adora a su anfitriona no soporta al impresentable de Mr. Hardiman. Entre otras cosas, todo hay que decirlo, porque envidia su éxito.


Vamos con Andy, el manitas encargado del mantenimiento de Lejos. Un chico simple, en el buen sentido de la palabra, que en un momento de debilidad y tras mucho tiempo sin verla no puede evitar declararse a Tamara. Algo lógico, por otra parte, si tenemos en cuenta que, con o sin nariz, siempre ha estado enamorado de ella.


- Tamara . . . escúchame . . . No puedo evitarlo . . . Creo que me he enamorado de ti . . .

- ¡Madre!. ¡Sí que te ha afectado lo de las cabras!.

- Bah, olvídalo . . .

- No, Andy, oye, perdona, no pretendía . . . Perdona, ¿vale? . . .

- No, olvídalo  . . . en serio . . . No sé por qué he dicho eso . . . Es absurdo . . . Olvídalo . . .

- Ah, ¿no iba en serio?.

- Pues claro que sí, pero no tendría que haberlo dicho . . . Y . . .

- ¿Y?.

- Pues que . . . sin entrar en las idas y venidas . . . siempre he sentido lo mismo por ti . . . Incluso ahora, con la rinoplastia esa que te has hecho.


BIBLIOGRAFÍA



21/5/23

‘CUANDO CUENTO LAS SEMILLAS’. EMILY DICKINSON Y EL MUNDO VEGETAL

Excéntrica, sensible, sabia. La poetisa estadounidense Emily Dickinson (1830-1886) fue todo esto. Y también, una apasionada amante de las plantas que, además de cultivar y estudiar, tomó como fuente de inspiración para embelesadoras composiciones.


‘When I count the seeds/
That are sown beneath,/
To bloom so, bye and bye-/

When I con the people/
Lain so low,/
To be received as high-/

When I believe the garden/
Mortal shall not see-/
Pick by faith its blossom/
And avoid its Bee,/
I can spare this summer, unreluctantly’.


‘Cuando cuento las semillas/
Que se siembran bajo tierra,/
Para que así florezcan algún día-/

Cuando cuento las personas/
Que yacen tan abajo,/
Para ser recibidas arriba-/

Cuando creo en el jardín/
Que ningún mortal verá jamás-/
Cuando recojo por fe su flor/
Y evito su abeja,/
Puedo prescindir de este verano-sin temor’.



Fotografía.- Daguerrotipo autentificado de Emily Dickinson. Cuando se tomó, la poetisa tenía unos 16 años. Fuente: Wikimedia Commons.

BIBLIOGRAFÍA

DERRICK, P.S., ESTÉVEZ, N. & G. TORRES (eds. & trads.) (2012). La poesía temprana de Emily Dickinson: Cuadernillos 2 y 3. Biblioteca Javier Coy d'Estudis Nord-Americans 88. Servei de Publicacións, Universitat de Valencia. Valencia.